miércoles, 7 de diciembre de 2011

“Las reformas en la Ley Jordana llevadas a cabo por Mahmud Abbas son buenas, pero no suficientes”

A pesar de que no hay un número oficial, cada año en Palestina una decena de mujeres son asesinadas por sus familias. Después de que la noticia sobre una joven muerta en manos de su tío en Hebrón apareciese en todos los medios de comunicación a principios de este año; El presidente Mahmud Abbas firmó una enmienda dentro de la propia ley palestina para castigar con mayor severidad a los culpables de asesinato en defensa de salvaguardar el honor de la familia.


Los crímenes de honor se respaldan en la antigua Ley Familiar Jordana. Según ésta, “si un varón descubre a su esposa o a una de sus familiares cometiendo adulterio y la mata o hiere, queda exento de culpa”. A su vez, según el mismo código, “el que comete un crimen de desenfreno de ira por haber cometido la víctima un acto incorrecto, peligroso o impuro gozará de una reducción de la pena”.

Por otro lado, si el asesinato cambia de género y se repiten las mismas circunstancias de adulterio, la mujer no gozará de ninguna benevolencia y no se aplicará ninguna reducción de su condena.

Las revisiones realizadas por el presidente de Palestina consistieron en eliminar los apartados uno y dos del artículo 340 y parte del artículo 18 del Pina Code en Gaza. La primera enmienda abarcaba la zona de Cisjordania y la segunda revisaba la ley británica que impera en Gaza desde 1936. Halimeh Abu Solb, abogada experta en los llamados crímenes de honor y los casos de violencia doméstica, analiza la situación: “Las reformas en la Ley Jordana llevadas a cabo por Mahmud Abbas son buenas, pero no suficientes porque todavía existen otros artículos relacionados con los crímenes de honor y el asesinato de mujeres o su discriminación como por ejemplo: el artículo 62 o el 68. Por lo que el problema no está solucionado”.

El artículo 62 habla del derecho a la custodia de los hijos. Según esta ley, la custodia pertenece única y exclusivamente al varón. Al mismo tiempo, el artículo 98 permite la reducción de las penas de seis meses hasta dos años en prisión si la víctima indujo a que el perpetrador cometiese el crimen debido a su conducta ilícita e inapropiada.

Las mujeres son asesinadas por estar bajo sospecha o porque existen rumores en el pueblo de que su conducta es impura y va en contra de la tradición, los valores y las normas de la sociedad por lo que ha perjudicado gravemente el honor de su familia y éste solo puede ser limpiado con sangre. Existen casos documentados en los que las mujeres han sido asesinadas por sus familias acusadas de adulterio, intento de divorcio, abandono de hogar familiar o conyugal, petición de la custodia de los hijos, desacuerdo en la elección de marido o por haber sido víctimas de violaciones.

La organización no gubernamental palestina Women´s Center for Legal Aid and Counselling publicó a principios de este año un dossier con todos los casos documentados y denominados como crímenes de honor desde 2007 hasta 20010. En total ha habido treinta y un casos de asesinato durante dicho periodo.

Hanna Abu Ghash, coordinadora del estudio “Mujeres sin Nombres. Análisis sobre los asesinatos de mujeres en el nombre del honor en la sociedad palestina 2007-2010” añade: “No podemos decir que la cifra aumente o disminuya porque no se documentan todos los casos. Los crímenes de honor son un tabú, pero no por ello dejan de morir mujeres cada año”.

Dentro de este estudio nos encontramos casos de mujeres brutalmente asesinadas por sus maridos, padres, hermanos o tíos. La mayoría de estas mujeres fueron acusadas de haber tenido relaciones sexuales con extraños a pesar de que la autopsia y las posteriores investigaciones demostraron que las víctimas no habían cometidos dichos actos.

Además de la muerte de la víctima, el crimen acarrea una serie de consecuencias para la familia muy difíciles de superar. Por un lado, la economía se ve notablemente afectada debido a que en varios casos la víctima era la única que mantenía el hogar. Por otro, la huella psicológica que deja la muerte en los niños es imborrable. En un momento pierden a su madre y a su padre, ya que éste es encarcelado. Si el asesinato se comete en presencia de los niños, el shock para ellos es más profundo. Existen casos en los que además, el hijo es víctima de burlas en el colegio por haber perdido a su madre en dichas condiciones.

Halimeh Abu Solb, nos cuenta cómo trabaja WCLAC para erradicar todos los signos de violencia en contra de las mujeres. “Trabajamos en diferentes puntos: ofrecemos atención primaria a todas las mujeres que se encuentren en peligro y a sus familias, realizamos cursos con abogados y jueces, eventos internacionales, publicamos análisis periódicos analizando la situación y trabajamos codo con codo con el Ministerio de Justicia”.

A su vez, Hanna Abu Ghash nos explica la importancia que tiene el departamento de policía a la hora de luchar contra los crímenes de honor y la violencia doméstica. “Colaboremos constantemente con la policía y tenemos muy buena relación. La consideramos un organismo fundamental y nos ayudamos mutuamente en nuestro trabajo”.

De forma contraria a lo que la sociedad internacional cree, los llamados crímenes de honor no están respaldados por el Islam. Dentro del Corán no se encuentra la muerte para casos de adulterio, si no que se habla de latigazos y encierros. El propio Corán prohibe severamente matar a nadie, a excepción de que tras un juicio justo y con la participación de cuatro testigos las autoridades lleguen a ese veredicto.

Según Hanna, “el problema es eminentemente cultural. La discriminación entre hombres y mujeres aparece desde muy pequeños. A su vez, la sociedad cree que el honor de una mujer pertenece al hombre y el deber de defenderla es similar al de defender cualquier otra propiedad que esté bajo su protección”.