En 1995, en pleno proceso de paz, miles de presos palestinos iniciaron por primera vez una huelga de hambre dentro de las prisiones israelíes. Clamaban por el fin de un recrudecimiento de las condiciones penitenciarias que iba empeorando año tras año y, en términos generales, por una mejora inmediata de una coyuntura ya en aquel entonces insostenible.
Desde el estallido de esta primera reivindicación, han sido decenas las protestas que se han ido suscitando en las instalaciones militares de detención repartidas por todo Israel. La última se ha desatado este miércoles y reúne a cerca de dos mil quinientos prisioneros palestinos -de los 7.000 detenidos en prisiones- que denuncian las restricciones que se siguen cometiendo por parte de las autoridades carcelarias israelíes.

Aminah Manzur cuenta que lleva diez años sin poder ver a su hijo y que la última vez que pudo visitarle, éste no la reconoció debido al estado de demencia en el que hallaba. Explica que tienen intención de manifestarse cada semana en forma de apoyo a unos encarcelados que, por su parte, ya han anunciado que harán huelga de hambre cada miércoles, jueves y sábado hasta que Israel cumpla sus demandas.
Purificación Salgado/Ramala 2011