Llega el viernes y la historia se repite desde diciembre de
2009. Nabi Saleh se convierte en la representación máxima de la resistencia popular no violenta a través de locales,
internacionales y activistas israelíes. Juntos y “armados” de banderas
palestinas y una enorme pancarta que clama la devolución de sus tierras
descienden la carretera 465 hasta que comienza el bombardeo de granadas de
ruido, gas lacrimógeno y un líquido pestilente, que provoca vómitos y mareos,
por parte de los militares israelís.
En dos meses se cumplirán dos años de manifestaciones debido
a la tentativa de expropiación del manantial Ayn al-Kurs que comenzó en julio
de 2008 por parte del asentamiento colono Halamish, situado al sur de Nabi
Saleh. Numerosos han sido los intentos de recuperar el territorio por parte del
pueblo palestino llegando a conseguir que dicho manantial sea
reconocido como patrimonio arqueológico o sentencias dictadas por las propias
autoridades israelíes en favor de los locales. Pero la realidad es distinta y
los menos de 550 habitantes de esta localidad, situada a veinte kilómetros del
noroeste de Ramala, tienen prohibido acudir en grupo o visitar el manantial los
viernes.
Cada semana se suceden las mismas imágenes, los militares
empiezan a cargar contra los manifestantes que en su mayoría son niños de entre
10 y 14 años para intentar disolver el movimiento. Pequeños adultos que se
defienden con piedras ante los repetidos ataques directos, a pesar de que la Convención
de Ginebra y el propio cuerpo militar prohíben disparar directamente contra las
personas debido al riesgo y peligrosidad que albergan este tipo de armas.
Israel se defiende diciendo que dichas manifestaciones son
ilegales. Según su gobierno, cualquier
reunión de carácter político en territorio ocupado de al menos diez personas requiere
el permiso de las autoridades militares. Los locales saben que dicho permiso es
imposible de obtener así que continúan cada viernes con sus pacíficas reivindicaciones
territoriales.
2011 ha sido un año duro para los habitantes de Nabi Saleh. El 4 de marzo la milicia israelí irrumpió en sus casas durante
la noche para sacar a los niños de sus camas y tomarles fotografías de forma
indiscriminada para provocar temor en ellos y tenerlos bajo control. Dos días
después arrestaron a Naji Tamimi, uno de
los activistas más veteranos de la zona, por incitación y participación en
manifestaciones dentro de territorio militar. A finales de ese mismo mes fue detenido
Bassem Tamimi, líder de la resistencia y
coordinador del comité popular, acusado de incitación, organización de
manifestaciones ilegales, obstrucción a la justicia y por dar
consejos a los jóvenes sobre cómo actuar ante un interrogatorio.
Hasta el momento se calcula que se ha arrestado al 13% de la
población. 78 personas han sido detenidas desde 2010 entre las que se incluyen mujeres
y niños de entre once y catorce años, según informa el Movimiento Internacional Solidario.
Raquel Rivas / Nabi Saleh 2011